Estoy leyendo "El Color de la Magia" de Terry Pratchett. En él están: Rincewind que es mago; Dosflores, uno que quiere vivir nuevas experiencias; muchos ladrones; tabernas; trolls; dríadas; héroes; madera de peral sabio; la Muerte; los Dioses; alguna mención a dragones... todo con mucho humor.
Buscando una palabra en el diccionario encontré una imagen, posible reconstrucción, de un mamut.
Empecé a divagar.
Cuando era niña el mamut era un animal que veía con asiduidad bien en libros de texto o de lectura o en alguna conversación.
Algo parecido pasó por mi cabeza horas antes siendo el protagonista de mi pensamiento un dragón.
Con el paso de los años vamos dejando atrás muchas mañas, costumbres y gran parte de la imaginación.
Me dije: Voy a dibujar un dragón. La imagen de un dragón que tenga en la cabeza. Sin mirar a ningún lado.
Así lo hice. Primero en el cuaderno que siempre tengo a mano cuando leo para apuntar palabras o reflexiones o, ya ves, dónde hago bocetos, y después en un folio, calcándolo del boceto y retocando aquí y allá, para guardarlo así con el resto de mis creaciones.
Posiblemente coloque en la pared de mi habitación una gran plancha de corcho y cuelgue en ella futuras obras de arte como el dragón que aquí presento.
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